Laura Prieto
Catálogo de obras de Juan José Mantecón
(1895-1964)
Madrid, Enero 2004
Indice
1.- Introducción .......... 4
2.- Juan José Mantecón: cronología .......... 8
3.- Criterios de Edición .......... 12
4.- Catálogo de Obras Musicales .......... 20
4.1.- Música Instrumental .......... 20
4.1.1.- Orquesta .......... 20
4.1.2.- Quintetos .......... 29
4.1.3.- Cuartetos .......... 30
4.1.4.- Tríos .......... 34
4.1.5.- Dúos .......... 38
4.1.6.- Instrumentos a solo .......... 43
4.1.6.1.- Piano .......... 43
4.1.6.2.- Guitarra .......... 57
4.2.- Música Vocal .......... 57
4.2.1.- Voz y orquesta / conjunto instrumental .......... 57
4.2.2.- Voz y piano .......... 63
4.2.3.- Voz sola .......... 78
4.3.- Música Incidental .......... 80
4.4.- Apuntes y Bocetos .......... 83
5.- Catálogo de Escritos Musicales .......... 92
5.1.- Libros .......... 92
5.2.- Prensa Escrita .......... 93
5.2.1.- Diarios .......... 93
5.2.2.- Revistas .......... 95
5.3.- Conferencias .......... 100
5.4.- Programas Radiofónicos .......... 111
5.5.- Otros .......... 133
6.- Catálogo de Escritos No Musicales .......... 140
6.1.- Crítica de Arte .......... 140
6.2.- Escritos Literarios .......... 140
6.2.1.- Comedias / Dramas .......... 140
6.2.2.- Novelas .......... 144
6.2.3.- Cuentos / Relatos .......... 144
6.2.4.- Folletines / Comedias / Charlas Radiofónicas ...... 152
6.2.5.- Poesía .......... 155
6.3.- Conferencias .......... 158
6.4.- Otros .......... 160
7.- Índice Alfabético de Obras Musicales .......... 164
8.- Indice Alfabético de Escritos Musicales .......... 169
9.- Indice Alfabético de Escritos No Musicales .......... 176
10.- Bibliografía .......... 179
1.- Introducción
Buena parte de la llamada Generación del 27 o Generación de la República permanece aún, lamentablemente, como una incógnita sin resolver. Y no lo es tanto porque no se conozcan varias de las obras que vieron la luz en esos años, sino porque se carece de estudios completos en torno a las principales figuras que la integraron y, lo que tal vez sea incluso más importante, sobre la contextualización de estos compositores dentro del desarrollo de la música española en aquella época. Cierto es que las especiales circunstancias políticas que rodearon a esta generación, culminadas con el estallido de la Guerra Civil, han
provocado numerosas dificultades para los musicólogos. En primer lugar, y desde un punto de vista puramente práctico, porque el exilio de un porcentaje muy considerable de músicos tiene la lógica consecuencia de la dispersión física, y en segundo lugar, éste ya en un ámbito artístico, porque la desmembración del grupo rompe la cohesión de los ideales estéticos que pretendían situar nuestra música en los parámetros evolutivos europeos. Ambas formas de dispersión, en realidad causa-efecto la una de la otra, han obstaculizado lo que debería haber sido el trabajo normal de investigación para los historiadores.
Pero estas dificultades, innegables por otra parte, no parecen justificar del todo el hecho de que, salvo un puñado de nombres, y algunas obras puntuales, no sólo no se haya abordado el análisis en profundidad de las aportaciones de esta generación, sino que se desconozca a muchos de sus miembros, varios de ellos completamente relegados al olvido. Se alude a veces a una cierta falta de calidad en su música, especialmente entre aquellos de línea más tradicionalista, y es verdad que nos enfrentamos a algunos títulos que no ofrecen un gran valor desde el aspecto de la evolución en el lenguaje estético, pero que en cualquier caso sí tienen indudable interés, amén de para el conocimiento de la producción y características de cada autor en concreto, para establecer el comportamiento de la vida musical española en el periodo que abarca desde principios del siglo XX hasta 1936, y más en particular, entre 1920 y 1936.
Cabe señalar que la actividad que se despliega en estos años es muy intensa. La coexistencia entre una corriente continuista y otra de abierto espíritu innovador, pese a las polémicas propias que suelen envolver los procesos creativos vanguardistas, no impide que unos y otros encuentren eco en las programaciones de solistas, agrupaciones y orquestas con una generosidad que incluso hoy podría sorprendernos. No debemos olvidar que estamos ante una generación, siempre hablando en términos generales, de una gran inquietud intelectual y con una formación humanística bastante sólida.
Por lo que respecta a los compositores, muchos de ellos son hombres cultos, que se acercan a la música desde varias vertientes, amén de la creativa: pedagogos, musicólogos, intérpretes, críticos..., desarrollando estas facetas en paralelo al hecho creativo, incluso haciéndolas confluir en fructífera comunión.
Precisamente con estas características podríamos definir al compositor, crítico y pedagogo vigués Juan José Mantecón, uno de los nombres más activos e interesantes de su tiempo y, pese a ello, uno de los que incomprensiblemente engrosan la lista de olvidados.
Desde que comencé a investigar sobre su figura y a trabajar en su archivo privado he ido encontrando razones más que sobradas para rescatar el conjunto de su obra y colocarle en el lugar que merece. El primer fruto de estos estudios fue la publicación de un libro sobre su labor crítica en el periódico madrileño La Voz entre 1920 y 1934 1, donde sale a la luz el alcance de un hombre que se mantuvo durante muchos años, a través de su pluma, en la cima del acontecer musical, siempre atento y receptivo tanto a lo autóctono como a lo extranjero, y no como mero cronista u observador, papel que conscientemente rechazaba, sino con una
implicación personal y profesional profunda, nacida del convencimiento de que era ese el camino, y no otro, por el que debían discurrir sus aportaciones.
Consecuencia de ello es su ferviente defensa de la entonces vanguardia musical europea y, por encima de todo, de la nueva música española, en la que militaban una buena parte de los miembros de la Generación del 27 y todos los del llamado Grupo de Madrid o Grupo de los ocho, constituido por los hermanos Rodolfo y Ernesto Halffter, Julián Bautista, Gustavo Pittaluga, Salvador Bacarisse, Fernando Remacha, Rosa García Ascot y el propio Juan José Mantecón, así como los del grupo catalán, en el que se encuentran Robert Gerhard, Agustín Grau, Juan Gibert Camins, Eduardo Toldrá, Manuel Blancafort, Baltasar Samper, Ricardo Lamote de Griñón y Federico Mompou. Su impresionante labor crítica no se limita, sin embargo, a su firma en La Voz.
Desde 1914 y hasta poco antes de su muerte, su nombre aparece en los periódicos El Carbayón, El Parlamentario, El Pensamiento Español, El Sol, España Nueva, Faro Campesino, Faro de Vigo, Heraldo de Madrid o Heraldo Campesino, así como en las revistas Ojanguren, Ritmo, Santo y Seña, Bellas Artes, Boletín Musical, Fotogramas, Mundo Gallego, Nuevo Mundo, Revista de Ideas Estéticas o Boletín del Teatro de la Zarzuela. Además de estas colaboraciones irregulares, desde abril de 1953 hasta abril de 1954 se hace cargo de la crítica 1 PRIETO, Laura : Obra Crítica de Juan José Mantecón (Juan del Brezo): La Voz, 1920-1934 . Madrid, Editorial Arambol, 2002 musical en el diario El Alcázar en sustitución de Conrado del Campo.
En el Archivo Mantecón queda la constancia impresa de la práctica totalidad de estos trabajos. Por otra parte, se conservan muchas de las conferencias pronunciadas en el Ateneo de Madrid, Lyceum Club Femenino Español, Sala Aeolian, Centro Gallego de Madrid, Museo de Arte Moderno e Instituto Francés, entre otros, amén de las charlas radiofónicas emitidas en Unión Radio, Radio Madrid y Radio Nacional de España.
El Archivo Mantecón incluye, asimismo, los frutos de la actividad puramente literaria que el artista cultivó desde su primera juventud: poesía, cuentos, novelas, ensayos, dramas, comedias, conferencias y, en particular, folletines radiofónicos, género del que se le considera precursor. Todo este despliegue literario-musical puso en un segundo plano su faceta de compositor en la que, si cabe, es aún más desconocido. Tampoco las reseñas de la época permiten aventurar grandes conclusiones al respecto, primero porque él mismo se muestra reacio a juzgar sus propias obras, a menudo ni siquiera a ofrecer unos mínimos datos sobre las mismas, y segundo porque otros críticos con una actitud menos favorable hacia los autores modernos apenas si dan cuenta de los estrenos. Tan solo un ramillete de títulos ha circulado hasta ahora entre las escasísimas fuentes en las que se le menciona, lo que ha dado pie a pensar que su producción era muy escasa y fundamentalmente centrada en la música vocal.
Pero, al igual que venía sucediendo con otros aspectos de su devenir personal y de su trayectoria profesional, se han propagado conclusiones que no obedecen a la realidad, seguramente fomentadas porque los estrenos de sus obras sinfónicas y de cámara se producen antes de la guerra, mientras que son una buena parte de las piezas vocales las que se dan a conocer en las décadas de los cuarenta y cincuenta.
El objetivo de estas páginas es, en definitiva, arrojar luz sobre los muchos aspectos todavía oscuros en torno a Mantecón, así como establecer el catálogo de toda su producción, un catálogo, si no definitivo -término que en historiografía podría tomarse como presunción-, al menos sí lo suficientemente ilustrativo como para conocer más en profundidad a su protagonista, y tan completo como ha permitido el propio contenido del Archivo y las investigaciones en torno al mismo.
Este trabajo ha sido posible, una vez más, gracias a la Fundación Juan March, depositaria del Archivo Mantecón tras el legado de sus herederos, y a la que desde aquí deseo agradecer la confianza y el apoyo que me han brindado al encargarme la elaboración del catálogo. También deseo hacer una mención muy especial a los familiares de Mantecón, en particular a su viuda, Carmen Marín, ya fallecida, y a sus sobrinas Esperanza Lorca y Belén Patón, así como a Francisco Fernández Pozo, que amablemente puso a mi disposición el inventario de los escritos. Finalmente, toda mi gratitud para mi familia, que es la que más me
sufre cuando ando metida en estos proyectos.
Laura Prieto
Madrid, Enero 2004
2.- Juan José Mantecón: Cronología
1895 : Nace en Vigo (Pontevedra), el 29 de julio. Hijo de Marcos Mantecón y
Rita Molins.
1905 : Realiza el primer curso de bachillerato en el Instituto de Oviedo,
ciudad a la que se habían trasladado sus padres.
1906 : Nuevo traslado del padre a Madrid, donde continúa sus estudios de
bachillerato en el Instituto San Isidro
1911 : Obtiene el grado de bachiller. Comienza sus estudios de Magisterio en
la Escuela Normal Central y de Derecho en la Universidad
Complutense de Madrid, ambos culminados con la obtención de los
respectivos títulos.
1912 : Ingresa el 6 de abril como funcionario de los Ministerios de
Instrucción Pública y Fomento, aunque 14 días después es trasladado al
Ministerio de Hacienda. Se encuentran sus primeros escritos musicales
en la revista ovetense Ojanguren. Compagina esta actividad con la
literaria, que, aun siendo secundaria, se mantiene a lo largo de su vida,
escribiendo cuentos, relatos cortos, novelas, dramas, poesía y folletines
radiofónicos.
1913 : Comienza sus estudios de canto y armonía.
1914 : Secretario primero de la sección de música de el Ateneo de Madrid
1917 : Comienza su trabajo como crítico musical en España Nueva, El
Parlamentario y El Pensamiento Español, firmando con el seudónimo
Clivis. Ofrece su primera conferencia sobre música en el Ateneo de
Madrid, titulada ‘La Génesis del Drama Lírico’
: Compone Preludio y Vals
1918 : Estrena en Salinas de Avilés Cuando en la Tarde Suena la Danza
: Estrena en Oviedo Dos Poemas Líricos
: Compone Sonatina y Ave María a 2 Voces
1919 : Compone Campo, Harmonie du Soir y Salve para Coro a 2 Voces con
Acompañamiento
1920 : Estrena en Madrid Soliloquio para Violín y Piano
1920/1934 : Crítico musical en el periódico madrileño La Voz con el seudónimo
Juan del Brezo. Conferenciante asiduo en distintas salas y centros
culturales, destacando su actividad en la Sala Aeolian. Miembro
fundador de la Asociación de la Crítica Dramática y Musical
1922 : Compone [Ojos que a la luz se abrieron]
1923 : Asiste como representante de España al Congreso Internacional de
Música Contemporánea. Viaja por Alemania, Austria, Checoslovaquia
y Holanda, desde donde envía sus crónicas.
: Estrena en Madrid Quinteto Nº 1
Estrena en Madrid Circo
1924 : Compone Suite Antigua
: Compone Tres Nocturnos para Pequeña Orquesta
1925 : Fallece su hermano Germán durante el conflicto de Marruecos. Inicia
su colaboración en los micrófonos de Unión Radio, colaborando
también en la revista Ondas, órgano editorial de esta institución
1926 : Contrae matrimonio con Carmen Marín Ocón el 31 de julio.
1927 : Compone Atardecer
1927/1930 : Se ocupa de la confección de los programas de mano de los conciertos
organizados por la Asociación de Cultura Musical, tarea a la que
volvería tras la Guerra Civil, en la temporada 1940/1941
1928 : Estrena en Madrid Parada (Marcha de Soldados)
1930 : Estrena en Madrid Tres Nocturnos para Pequeña Orquesta
: Estrena en Madrid La Recañí
: Estrena en Madrid Danza del Atardecer, para piano
: Estrena en Madrid Sonatina Pastoral. Giga
: Estrena en Madrid Una Copla de Mingo Revulgo para soprano y
orquesta
: Compone Canción del Marqués de Santillana y [Quise dormir un día]
1931 : Estrena en Barcelona Danza del Atardecer, para orquesta
: Estrena en Madrid Jota
1932 : Estrena en Madrid Minueto
: Estrena en Madrid Sonatina para Orquesta de Cámara
: Estrena en Madrid Una Copla de Mingo Revulgo en versión para
orquesta de pulso y púa.
: Estrena en Madrid Cuarteto en La Bemol
: Estrena en Bilbao Nocturno Galante
1933 : Fallece su hermana Milagros. Obtiene la licenciatura en Filosofía y
Letras, carrera también cursada en la Universidad Complutense y en la
que posteriormente se doctoraría. Comienza su actividad pedagógica en
institutos de segunda enseñanza, concretamente en el Instituto Elcano
de San Sebastián durante el curso 1933/1934.
: Estrena en Madrid Jota Castellana
1935 : Estrena en Madrid Esteve
: Estrena en Madrid El Contrabandista
:Estrena en Madrid Una Copla de Mingo Revulgo para soprano y
conjunto instrumental
: Estrena en Madrid Canción del Marqués de Santillana para soprano y
conjunto instrumental
: Estrena en Madrid Polo del Criado
: Estrena en Madrid Con qué la Lavaré
1936 : El Gobierno de la República ordena el traslado de los funcionarios,
primero a Valencia y más tarde a Barcelona, donde residiría hasta
finalizar la Guerra Civil.
1938 : Obtiene el título de Catedrático de Filosofía de Institutos de Segunda
Enseñanza. Imparte clase en el Instituto Verdaguer de Barcelona
durante el curso 1938/1939
: Estrena en Barcelona Serenata para soprano y orquesta
1940 : Estrena El Entremés de la Rabia en Madrid
1941 : Crítico musical en la revista Santo y Seña, cuyo primer número
aparece el 5 de octubre.
1942 : La editorial Labor publica su Introducción al Estudio de la Música,
que sería posteriormente reeditado.
1943 : La revista Santo y Seña cambia su nombre por el de Arte y Letras.
Mantecón ocupa el cargo de jefe de la sección de música hasta julio de
ese año, en que abandona la publicación.
1945/1948 : Retoma sus charlas radiofónicas en los micrófonos de Radio Madrid y
Radio Nacional de España
1946 : Compone [Avelaneiras Floridas] y Canción de Cuna
1949 : Compone Estival
1950/1960 : Ejerce como conferenciante y como pianista en los conciertos que
organiza para sus alumnos de canto, con los que recorre diversos puntos
de la geografía española
1951 : Estrena en Madrid Avelaneiras Floridas
1952 : Estrena en Madrid Una Copla de Mingo Revulgo, para tenor y piano
1952 : Estrena Habanera
1953/1954 : Crítico musical en el periódico madrileño El Alcázar. Nombramiento
como ayudante interino y gratuito para la cátedra de música en el
Instituto de Enseñanza Media Cervantes.
1954 : Estrena en Madrid Camino
: Estrena en Madrid Campo
: Estrena en Madrid Canción de Cuna
1956 : Estrena [Quise dormir un día]
1957 : Estrena en Madrid Villancico (El Pajarillo en el árbol)
1960 : Director de Estudios Vocales del Teatro de la Zarzuela
1964 : Fallece en Madrid, el 24 de marzo
3.- Criterios de edición
Catálogo de Obras Musicales
Una buena parte del Archivo Mantecón está integrada por las partituras manuscritas que compuso a lo largo de su vida. Pero cabe señalar que así como se conserva en buen estado la inmensa mayoría de sus críticas y escritos musicales, no podemos decir lo mismo al respecto de la música, donde se presentan numerosas lagunas. El propio Mantecón, en unas declaraciones que hizo unos años antes de su muerte, ya alertaba sobre el grave deterioro que habían sufrido sus partituras a causa de la guerra. Es muy posible que la precipitación con la que el gobierno de la República ordena el traslado de los funcionarios al declararse la
contienda, motivara el abandono de muchas de sus pertenencias en su domicilio madrileño, al que no regresa hasta 1939, una vez finalizada la misma. Por otra parte, podríamos pensar que varias de sus obras estarían en aquel momento en manos de intérpretes o directores quienes, a su vez, también sufrirían una suerte incierta, en un alto porcentaje abocada al exilio.
Volvemos a hablar nuevamente de la dispersión como una de las causas, si no la primera, de las dificultades que entraña el estudio de la época. Hay que tener en cuenta que, cuando acaba la guerra, la vida musical española tiene que reorganizarse en torno al pequeño grupo de figuras que no habían salido del país, pero que se encuentran muy aisladas y, sobre todo, muy mermadas espiritualmente hablando, al perder esos elementos que habían mantenido unida a toda una generación de creadores.
El Archivo Mantecón abarca unos ciento cincuenta títulos musicales, cifra nada desdeñable si pensamos que la composición para él era una tarea compartida con la crítica, las conferencias, las charlas radiofónicas, las clases particulares de canto y el trabajo diario en el ministerio. Y desde luego nada comparable a las referencias que se tenían hasta la fecha, limitadas, como decía, a un pequeño número de obras. Una primera tarea consistió en realizar el inventario de las partituras, con una breve descripción física de las mismas, y separando las manuscritas de las impresas.
Con respecto a las primeras, se estableció un estudio comparativo para distinguir cuáles eran autógrafas y cuáles estaban escritas por otras personas. En esta fase ya se empezó a detectar lo que más tarde, tras el análisis riguroso de cada una de las partituras, se confirmaría como una realidad: por un lado, Mantecón hizo uso a veces de títulos distintos para una misma obra, e incluso se da algún caso en el que utiliza una pieza autónoma como parte de otra mayor, o viceversa; por otro lado, realiza con frecuencia versiones de una obra, o de un fragmento de una obra, para diferentes formaciones instrumentales y/o vocales. En el ámbito vocal llevó a cabo, además, versiones de canciones de otros autores, pero esto sólo ha sido posible constatarlo tras las oportunas investigaciones.
Con respecto a las primeras, se estableció un estudio comparativo para distinguir cuáles eran autógrafas y cuáles estaban escritas por otras personas. En esta fase ya se empezó a detectar lo que más tarde, tras el análisis riguroso de cada una de las partituras, se confirmaría como una realidad: por un lado, Mantecón hizo uso a veces de títulos distintos para una misma obra, e incluso se da algún caso en el que utiliza una pieza autónoma como parte de otra mayor, o viceversa; por otro lado, realiza con frecuencia versiones de una obra, o de un fragmento de una obra, para diferentes formaciones instrumentales y/o vocales. En el ámbito vocal llevó a cabo, además, versiones de canciones de otros autores, pero esto sólo ha sido posible constatarlo tras las oportunas investigaciones.
Estas circunstancias han añadido una dificultad considerable a la hora de establecer una relación fidedigna de títulos, por cuanto tampoco se ha contado con muchos más datos en los que apoyar los resultados. Los manuscritos, por su parte, oscilan desde los rigurosamente completos hasta aquellos que no son sino una mera hoja de apuntes o bocetos. Un paréntesis en este punto lo constituye un pequeño número de hojas sueltas que evidentemente pertenecen a distintas obras, pero ha sido imposible determinar a cuáles. Desde luego no coinciden con las existentes en el archivo, o al menos nada permite hipotetizar con un mínimo de certeza, por lo que sólo cabe suponer que, o bien forman parte de alguna de las partituras hasta hoy ilocalizables, o bien se trata de otras sin identificar. En todo caso, se ha decidido no incluirlas en este catálogo, aunque sí hacer constar su existencia.
Algunos manuscritos se encuentran firmados y/o fechados, pero son minoría. Se ha tenido que recurrir a los programas de concierto que están en el Archivo Mantecón, así como a fuentes hemerográficas y a otros archivos públicos o privados, para poder ofrecer una datación de las obras. Pese a que se han ampliado y corregido numerosos datos, lamentablemente los frutos no han alcanzado a la totalidad de los títulos. Lo mismo cabe decir respecto a la localización de algunas de las partituras de las que se tiene constancia de su
estreno, pero que no se encuentran en el Archivo. Por otra parte, sabemos que con frecuencia se estrenan las obras años después de escritas, por lo que ese dato tampoco puede aportar certeza alguna. Debido a todo ello, se ha tenido que abandonar la presentación cronológica de las partituras en favor de su ordenación por géneros y, dentro de estos, por un criterio alfabético de títulos.
La estructura general de este cuerpo está constituida por cuatro apartados: música instrumental, música vocal, música incidental y apuntes o bocetos. Dentro de la instrumental, se ha seguido la pauta tradicional de obras para orquesta -ya sea ésta sinfónica, de cámara, clásica, de cuerda o de pulso y púa-, conjunto instrumental, quinteto, cuarteto, trío, dúo y, finalmente, piezas a solo. Por lo que respecta a la vocal, aparecen en primer término aquellas para voz con acompañamiento de orquesta o conjunto instrumental, seguidas de las de voz y piano y voz sola. En cuanto a la música incidental, ha habido que hacer un estudio bastante exhaustivo para poder concluir que algunas de las piezas que aparecen en el Archivo pertenecían a estas obras. Pese a ello, ninguno de los tres títulos ha podido completarse. El cuarto apartado, por su parte, se ha reservado para aquellas obras que sólo están en apuntes o que son un mero boceto, y siempre que no se haya obtenido ninguna otra referencia sobre las mismas, en cuyo caso estarían en su correspondiente apartado.
Se ha establecido una ficha catalográfica para cada obra, en la que se incluyen, además de un número de orden que no tiene más finalidad que la de sistematizar la presentación, doce entradas en función de los siguientes conceptos:
1.- Título/Subtítulo : Cuando no aparece especificado en la partitura,
se ha construido un título ficticio entre corchetes.
También se incluyen aquí, si los hay, los
movimientos o partes de que consta la obra
2.- Tempo : Se indica el tempo de la obra y de sus
respectivas partes o movimientos. Se hace
también constar si hubiera diferencias entre los
distintos ejemplares de una misma obra y/o
movimiento.
3.- Plantilla : La plantilla orquestal se cita a la manera
comúnmente aceptada de cuatro números para la
madera y cuatro para el metal (0.0.0.0.-0.0.0.0.)
con las especificaciones para flautín (ftín),
requinto (rto), clarinete bajo (cb), corno inglés
(ci) y contrafagot (cfgt). A ello siguen timbales
(tim), percusión (perc), celesta (cel), arpa (arp),
piano (p) y cuerda (cu), integrada esta última por
violines primeros y segundos, violas, violoncellos
y contrabajos, salvo especificación en contra.
4.- Otros Autores : Esencialmente autores del texto en el caso de
obras vocales, pero también autores musicales
cuando se trata de versiones de obras de éstos.
5.- Fecha de Composición
6.- Lugar y Fecha de Estreno
7.- Ámbito
8.- Intérpretes
9.- Otras audiciones : Se ha optado por incluir todas las
interpretaciones conocidas de las obras en un
intento de ofrecer una valoración de la difusión
de las mismas.
10.- Versiones : Se indican las versiones para distintas
formaciones instrumentales y/o vocales, cuya
respectiva ficha se encuentra en el apartado
genérico que le corresponda
11.- Partitura : Localización, estado de conservación y
descripción física de la obra, ya sea impresa,
manuscrita, autógrafa, etc. Se incluyen todos los
ejemplares encontrados de la obra,
independientemente de que estén o no en el
Archivo Mantecón. Para determinar la ubicación
se ha hecho uso de las abreviaturas FJM para la
Fundación Juan March y SGAE para la Sociedad
General de Autores y Editores.
12.- Notas : Se ha reservado este capítulo para los datos
complementarios, fruto de las investigaciones, en
torno a las obras.
Catálogo de Escritos Musicales
Además de las partituras, el Archivo Mantecón está integrado por un gran corpus de escritos musicales, que comprende libros, diarios, revistas, conferencias, programas radiofónicos y un pequeño número de piezas de las que no se ha podido obtener datos sustanciosos. De los cuatro libros que figuran en el catálogo, tan sólo uno está en el Archivo, mientras otros dos están perdidos y un cuarto, escrito en colaboración con Eladio Chao, se encuentra, incompleto, en el archivo privado de la familia Marín. La ficha catalográfica para
los libros comprende cuatro apartados:
1.- Título
2.- Datos de la edición
3.- Archivo : Ubicación y estado de conservación
4.- Notas
Por lo que respecta a los diarios, cabe señalar que están los recortes de prensa de casi la totalidad de lo publicado en La Voz y todos los de El Alcázar, así como algunos de otras publicaciones. Lo mismo sucede con las revistas. La ficha catalográfica de los diarios comprende:
1.- Fuente : Alude a la cabecera del diario
2.- Fecha de Publicación : Si se trata de un único artículo se hace constar la fecha
concreta del mismo. Si se trata de un conjunto de
artículos, se dan las fechas del primer y último artículos
3.- Archivo : Ubicación y estado de conservación
4.- Notas
Por su parte, la catalogación de las revistas se estructura como sigue:
1.- Título : Título del artículo
2.- Lugar : Lugar de publicación
3.- Edición : Fuente, fecha de publicación y páginas
4.- Archivo : Ubicación y estado de conservación
5.- Notas
En lo concerniente a las conferencias, hay que llamar la atención sobre el hecho de que, pese a ser numerosas las conservadas, deben ser no pocas las perdidas, especialmente entre las de los años veinte y primeros años de la década de los treinta, cuando sabemos que Mantecón desplegó una actividad muy intensa en esta faceta. Algo similar podríamos decir al respecto de los programas radiofónicos realizados para Unión Radio, de los que sólo conservamos algunos ejemplares, mientras que los correspondientes a Radio Madrid y a Radio Nacional de España se encuentran bastante completos. En ambos casos hemos
encontrado ejemplares firmados y fechados, aunque en un alto índice de escritos se ha tenido que recurrir a catálogos, fuentes hemerográficas y otro tipo de investigaciones para establecer la datación y el ámbito de lectura y/o emisión. Tanto conferencias como programas de radio comparten una misma estructura de catalogación:
1.- Título : Título de la conferencia o del programa de radio
2.- Fecha : Fecha de elaboración
3.- Lugar y fecha de lectura / emisión
4.- Ámbito
5.- Archivo : Ubicación y estado de conservación
6.- Notas
Al hilo de lo anterior, y puesto que una gran mayoría de los escritos musicales ha podido fecharse, se ha optado por una presentación cronológica dentro de cada apartado dejando, al final de cada uno de ellos, las fichas por orden alfabético de aquellos artículos que no ha sido posible datar.
Catálogo de Escritos No Musicales
El tercer gran núcleo de documentos del Archivo Mantecón tiene que ver con la actividad literaria que el autor desarrolló desde su primera juventud y a lo largo de toda su vida. Juan José Mantecón escribió comedias, dramas, novelas, relatos, cuentos y poesía. En un principio sabemos que se publicaron varios relatos en el Faro Campesino, aunque posteriormente no se ha encontrado ninguna referencia en las fuentes conocidas. Ello no significa que no aparecieran en alguna publicación, pero los datos disponibles no ofrecen
pistas a seguir. Por otra parte, vemos que hay piezas escritas para ofrecérselas a sus familiares y amigos y, obviamente, cabe deducir que la escritura para Mantecón era algo que le satisfacía espiritualmente, con independencia de que pudiera o no publicarlo. No es el caso de los folletines y comedias radiofónicas que, como es lógico suponer, hizo para su emisión, considerándosele, además, precursor de este género. Junto a esta amalgama de obras se encuentran charlas radiofónicas y conferencias de los más diversos temas, que su vastísima cultura le permitía abordar sin problemas. En términos generales, aunque con excepciones, buena parte de estas piezas están fechadas, lo que ha permitido su ordenación cronológica. Cuando no es así, se han pasado las obras al final de sus respectivos apartados en orden alfabético. Todas comparten una misma tipología de ficha catalográfica:
1.- Título : Título de la obra, charla o conferencia
2.- Género : Alude al género literario
3.- Fecha : Fecha de creación
4.- Lugar y fecha de edición / emisión / lectura
5.- Archivo : Ubicación y estado de conservación
6.- Notas
A modo de resumen, podemos decir que este catálogo no ha querido limitarse a una mera relación de entradas basada únicamente en los documentos que conforman el Archivo Mantecón ta cual están conservados, sino que responde a una metodología de trabajo que ha pretendido ofrecer a cuantos se interesen por estas páginas una información útil para conocer la producción musical, literario-musical y literaria de Juan José Mantecón, una de las figuras más significativas de la Generación del 27.
Obra completa en .pdf
Pódese baixar o resto do texto nesta ligazón
http://www.march.es/bibliotecas/contemporaneos/catalogo/documentos/Mantecon.pdf
EL GRUPO DE LOS 8 Y LA NUEVA MÚSICA (1920-1936)
María Palacios
Fundación Juan March
Juan José Mantecón, el primer compositor del Grupo interpretado en este concierto, era más reconocido en la época como crítico musical que como compositor. Desde 1920 hasta 1934 ejerció como crítico en el periódico madrileño La Voz, donde firmaba bajo el pseudónimo de "Juan del Brezo". Su música es la más vinculada al sentido del humor y la intrascendencia propia de las vanguardias francesas. Escribió, por ejemplo, una marcha para orquesta que tituló paradójicamente Parada. En este mismo sentido, en Circo, obra de 1923, aparecen elementos propios de un humor un tanto surrealista. Los protagonistas de las tres breves piezas que componen esta obra son animales. En el primer número, un grillo (con sus típicas onomatopeyas), canta una típica rapsodia española. En el segundo, "El oso triste", aparece un pesado y gordo oso, que canta una canción lenta y melancólica(véase ilustración 2, p.37), mientras que en el último, para terminar, aparecen unos pequeños mosquitos revoloteando y deleitándonos bailando un precioso vals. Es "El vals de los mosquitos". En esta obra aparece de manera quizás más clara que en las anteriores el gran sentido del humor e intrascendencia propios de la música de estos años.
EL GRUPO DE LOS 8 Y LA NUEVA MÚSICA (1920-1936)
María Palacios
Fundación Juan March
Juan José Mantecón, el primer compositor del Grupo interpretado en este concierto, era más reconocido en la época como crítico musical que como compositor. Desde 1920 hasta 1934 ejerció como crítico en el periódico madrileño La Voz, donde firmaba bajo el pseudónimo de "Juan del Brezo". Su música es la más vinculada al sentido del humor y la intrascendencia propia de las vanguardias francesas. Escribió, por ejemplo, una marcha para orquesta que tituló paradójicamente Parada. En este mismo sentido, en Circo, obra de 1923, aparecen elementos propios de un humor un tanto surrealista. Los protagonistas de las tres breves piezas que componen esta obra son animales. En el primer número, un grillo (con sus típicas onomatopeyas), canta una típica rapsodia española. En el segundo, "El oso triste", aparece un pesado y gordo oso, que canta una canción lenta y melancólica(véase ilustración 2, p.37), mientras que en el último, para terminar, aparecen unos pequeños mosquitos revoloteando y deleitándonos bailando un precioso vals. Es "El vals de los mosquitos". En esta obra aparece de manera quizás más clara que en las anteriores el gran sentido del humor e intrascendencia propios de la música de estos años.
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