La Biblioteca de Quintela, en Moaña, guarda desde hace un año tres copias del poema musicalizado “A lúa de Cangas”, gracias a la donación de su archivo que realizó entonces el vecino de Tirán y profesor jubilado de música Xosé Pena Collazo, con más de mil partituras, publicaciones y nodos. El bibliotecario dio a conocer la existencia de la partitura al catedrático cangués Henrique Harguindey después de mostrar éste en FARO su satisfacción porque, tras 4 años de búsqueda en Cuba y Galicia, había aparecido una copia en el Seminario de Santiago. Moaña también la guardaba.
El catedrático de Cangas Henrique Harguindey, mostraba el martes su satisfacción por la aparición, gracias a la colaboración del investigador del patrimonio musical Moncho Arufe y al archivo de Milagros Bará, de la partitura “A lúa de Cangas”, con letra del notario, vinculado a Cangas, Manuel Martínez (1849-1894) y composición, a cuatro voces, del compostelano Pepe Curros. La obra, interpretada en 1911 en La Habana por el orfeón “Ecos de Galicia” en el homenaje al intelectual gallego Pastor Díaz, no aparecía. Desde 2007, cuando Cangas descubrió un monolito en Rodeira con motivo del 125 aniversario del poema, Harguindey y otros estudiosos del municipio, entre ellos el compositor Tucho Perete, se retaron a buscar la pieza.
Tras la localización hace escasos días de la obra en el archivo musical del Seminario, tal y como publicó FARO, el bibiotecario de Moaña, Suso Parada, se puso en contacto con Harguindey para informarle que en la biblioteca contaban con tres copias de “A lúa de Cangas” procedentes del archivo musical de Xosé Pena Collazo. Este vecino de Tirán, músico autodidacta, profesor y director de varias corales, entre ellas la polifónica Lestonnac, cedió hace un año su archivo a esta biblioteca, con más de mil partituras, libros de teoría y técnica vocal, de polifonía, y un centenar de nodos documentales que el bibliotecario sigue catalogando. Harguindey asegura que Pena fue laboriosamente construyendo este rico archivo y que en el caso de “A lúa de Cangas” la copia se la hizo llegar en 1953 la coral “Terra Nosa” de Buenos Aires. En 1976, Pena empezó a trabajar en la pieza para interpretarla con la coral Lestonnac pero el proyecto no culminó al ofrecer el maestro Landín Pazos la obra “Cangas, Cangas” que fue la que finalmente se ensayó y se interpretó en honor al Cristo del Consuelo que no quiso arder, recuerda Pena Collazo.
La importancia de la partitura del archivo de Pena Collazo es grande, -dice Harguindey- porque supone la otra versión musical a seis voces de “A lúa de Cangas”, realizada por el maestro Fortes Alvarellos en La Habana en 1938. Cangas tiene ahora la partitura a cuatro voces y también a seis, para poder ser estrenada en la villa y en la que ya trabaja el compositor Tucho Perete. Sería para Harguindey el “final redondo para este segundo capítulo de “A lúa de Cangas” con el último y final, de homaneje a Manuel Martínez González y la ejecución polifónica de la pieza”.
Xosé Pena muestra también su satisfacción porque su archivo contribuya a esta aportación. para eso lo donó, para que los investigadores acudan a la biblioteca y sepan que aquí disponen de material. Pena segura que hay partituras inéditas que él salvó de acabar en las papeleras por falta de interés de las familias herederas. Pena Collazo estudió desde niño en el Seminario de Santiago, formó parte de la Escola Cantorum y ahí inició una vocación musical autodidacta que le llevó a ser profesor de música en Bueu, en donde fundó la coral San José. Tras diez años, fundó y fue director durante 20 de la Coral Lestonnac de Cangas. Ahora vive jubilado, a caballo entre Alicante y Tirán.
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